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Si estás queriendo adoptar un perro pequeño, de carácter tranquilo, cariñoso, simpático y al mismo tiempo buen guardián, un Frenchie o Bulldog Francés es la raza que estás buscando.
Origen del Bulldog Francés
Tres países han sido parte del origen del actual Bulldog Francés, llamado popularmente Frenchie.
Inglaterra dio origen al Bulldog, Francia lo hizo más pequeño y Estados Unidos le otorgó sus orejas de murciélago.
Con la Revolución Industrial el Bulldog ganó popularidad, ya que en esa época artesanos ingleses emigraron a Francia llevándose con ellos a sus compañeros caninos.
En los barrios populares de París se convirtieron en los favoritos de artistas, pintores y bohemios. Allí, después de varios cruces con perros locales surgió el Bulldog Francés.
Inicialmente, fue un perro de las clases populares pero en poco tiempo pasó a formar parte de la aristocracia debido a su aspecto original y a su simpatía.
Posteriormente, estadounidenses adinerados que viajaron a Francia se llevaron ejemplares a América con el fin de propagar y perfeccionar la raza.
Características del Bulldog Francés
El Bulldog Francés forma parte del grupo de perros considerados pequeños. Llegan a medir entre 27 y 35 cm de altura y pesan entre 11 y 15 kilos.
Las características más destacables son sus orejas de murciélago, la cara aplastada, su cuerpo robusto y musculoso y la piel flácida y arrugada.
El Bulldog Francés posee pelo corto y sedoso en variedad de tonalidades que van desde el negro, blanco, bicolor, atigrado, crema, gris, gris azulado y marrón chocolate.
Esta raza tiene una alta tendencia a roncar y a babear. No tienen tendencia a excavar y ladran poco.
El Bulldog Francés es un animal inteligente y fácil de entrenar si haces que parezca un juego, ya que tiende a ser un poco testarudo y obstinado si no se divierte durante este proceso de entrenamiento.
Este pequeño animalito posee una personalidad muy relajada y disfrutará viendo una película contigo en el sofá, siempre que dejes que él escoja el sitio primero.
Le gusta ser el centro de atención, es juguetón, cariñoso y demandará las mismas demostraciones de afecto de tu parte.
Es de suma importancia hacerlo socializar desde temprana edad ya que es territorial y tiende a ser posesivo con su familia humana y sus juguetes.
Además, puede ser buen guardián, alertando la llegada de cualquier extraño.
Cuidados del Bulldog Francés
El pelaje del Bulldog Francés es fácil de cuidar y únicamente requerirá cepillados semanales con la herramienta adecuada para eliminar el pelo muerto.
Se deben incluir baños mensuales junto al corte de uñas y limpieza de ojos y oídos.
Es recomendable que acostumbres a tu Frenchie a estas actividades desde temprana edad para facilitar la tarea.
Las arrugas deben mantenerse secas y limpias. Cuando lo bañes, tómate tu tiempo para asegurarte de que los pliegues queden totalmente secos para evitar infecciones por hongos o bacterias.
Es recomendable proporcionarles un alimento de excelente calidad. Los hay formulados dependiendo de su edad, para el cuidado de la piel y también para evitar el sobrepeso.
En lo que respecta a su salud, el Bulldog Francés es por lo general un perro sano aunque son propensos a sufrir problemas oculares sobre todo cataratas y glaucoma.
También, úlceras de córnea, ojo seco, conjuntivitis, quistes o distiquiasis por lo que deberás llevarlo a revisiones veterinarias por lo menos una vez al año.
El Bulldog Francés no requiere mucho espacio, se adaptará bien a un apartamento pequeño y solo requerirá caminatas diarias, sobre todo para evitar los problemas de sobrepeso.
El Bulldog Francés es un perro encantador que disfrutará de tu compañía. Sin embargo, tiene algunos defectos, como los ronquidos y las babas.
Además, es un poco testarudo y no le gusta estar solo por largos períodos de tiempo.
Pero si estos detalles no te perturban, tendrás al compañero ideal.